Alguien le dijo a Jess que cada grupo urbano debía vestir un atuendo, que no podía ponerse una chaqueta de cuero con un vestido de gasa o un corsé con un vaquero talle alto. Pero Jess se dio la vuelta y cogió de su armario un corsé de cuero para combinarlo con un vaquero abotonado hasta la cintura.
Y si le apetece reírse de lo establecido, le pone lazos a calaveras mejicanas y se hace unos pendientes.
Porque ella no le dice a nadie como vestir, y no va a escuchar a nadie tampoco.
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